Flame y los Juegos Olimpicos.

Un verso aleatorio irrumpe: “algo tranquiliza la historia en la luz dices mirando en picado la ciudad nocturna/ tiempo supongo/ evoluciones/ aún es pronto pero basta ver jugar al barsa observar los gatos/ revelar es esconder con elegancia”. Las hormigas, leo, nos enseñan a encontrar. “El rastro químico es más fuerte en el camino más corto”, dice Jessica Rivero, investigadora de la Universidad Carlos III de Madrid. A través del comportamiento de esos insectos para hallar comida, de su particular GPS de supervivencia, y una vez liofilizado en un algoritmo –el ritmo de algo–, los humanos lo aplicamos a la red de nodos que la tecnología informática desarrolla. Así optimizamos rutas de la seda contemporáneas.

Internet, como cualquier camino, posee sus bandoleros particulares. Aunque aquella profesora insinuaba -pensando quizás en Robin Hood- que no todo bandolero es un vándalo, el complejo sistema de rutas que es la Red ofrece descampados y breñales donde hacen su agosto salteadores dos punto cero. Salteadores ya sumamente abstractos, sofisticados fantasmas cuyo modus operandi es el boicot – mano negra-  y cuya dinamo es la infraestructura de todo un Estado. La distopía es un estado de conciencia en algunas noticias, en otras reclamos de cordura, pero la ciencia ficción ya ha ido dejando polen en los millones de bolsillos con smartphone.

La estrategia civil y militar es otra desde que la velocidad tecnológica parece un ensayo documental del género literario y audiovisual. No sólo Cuba exilia blogueros. Hace un par de años se descubría un malware de gran calado que al parecer fue utilizado por Estados Unidos e Israel para desbaratar el programa nuclear iraní, un código malicioso llamado Stuxnet; hubo otro también llamado Duqu. Después de todo –dice Sofía– cada año se descubre algún tipo de nuevo de insecto. Hace apenas unas semanas la zarza ardiendo, el Espíritu Santo, recibía el nombre de Flame. Huérfano todavía, sin padres conocidos ni nadie que reivindique a la criatura, cuando se le preguntaba al respecto al viceprimer ministro israelí decía: “Israel está bendecido por la alta tecnología”.

Drones y hackers, nuevas formas de pelea. Un periódico reseña que la CIA y el Pentágono se refieren a ellas como “Olympic Games”. Así pudo titularse otro capítulo de El Ala Oeste de la Casa Blanca.

 



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