Vender es, al fin y al cabo, contar una historia. Desde la salvación del alma a los productos bancarios posmodernos. A través del relato se trata de establecer un vínculo emocional con los potenciales consumidores que, además, desvanece sutilmente la intención comercial del mensaje para ofrecer el producto como una experiencia (estética, familiar, social) independiente. Como vimos, en vez de hablar de las prestaciones de un coche, resulta más poderoso y sugerente mostrarlo por carreteras secundarias de agradables paisajes naturales con una mano por la ventanilla y una pregunta capciosa al aire ¿Te gusta conducir?
Ahí la historia está reducida a su mínima expresión, sin personajes definidos (o sí, bueno: una mano) ni trama argumental apenas, simplemente un esbozo narrativo desde un gesto común, emocional, connotativo (libertad, tranquilidad, disfrute), donde cada uno conduce el coche de sus sueños. Sin embargo, y aunque no es algo totalmente nuevo, cada vez es más frecuente que las empresas recurran a la construcción de relatos más complejos como imagen de marca. En la era de la comunicación audiovisual y con el auge de las teleseries, se buscan ficciones narrativas como eslogan. Es lo que se conoce como storytelling, y está relacionado con los conceptos de marketing Branded Content y Product Placement (contenidos ‘creados desde la marca’ y emplazamientos de producto, especialmente con el primero). Además, desde la aparición del espacio digital, este relatar se ha ido expandiendo a través de distintos medios y redes sociales hasta constituir narrativas transmedia, como se conoce la estrategia de contar una historia (sea de marca o no) valiéndose de medios o plataformas distintas y a menudo complementarias.
[VÍDEO: ‘Transmedia Storytelling’, por Draftfcb]
El anuncio de la lotería navideña sería quizá un ejemplo paradigmático de este proceso: del mítico calvo repartiendo suerte como encarnación de la Fortuna, con un desarrollo dramático y una emotividad más contenida, al último corto de Amenábar para la campaña promocional de 2017, Danielle, con metraje de 20 minutos y acabados tan cinematográficos como melodramáticos. [Vender suele ser reforzar en positivo, y donde hay corazón sobra el sentido. Aquí el spot de animación para la campaña del 2015, Justino].
Aquí os dejamos ahora 1984, un mítico anuncio para Apple realizado por Ridley Scott (Alien, Blade Runner, Gladiator) en el 83, con motivo del lanzamiento del revolucionario Macintosh.
[Vídeo 1984, Apple Spot-Ridley Scott]
Storytelling II:
Aunque no es precisamente un anuncio, sino más bien todo lo contrario, siempre nos ha parecido fabulosa una pieza creada por el colectivo artístico Terrorismo de Autor. Se titula Merry Chrismarker, jugando con la típica expresión navideña y el cineasta francés de culto Chris Marker, y en cuyo estilo está inspirado el propio vídeo. Chris Marker es especialmente conocido (si puede decirse así) por un mediometraje de ciencia ficción de unos 30’ titulado La Jetée (un cuento de Borges con imágenes de Cartier-Bresson, según algún devoto iluminado). Os dejamos enlace a ambas piezas.
[VÍDEO: Merry Chrismarker, por Terrorismo de Autor.]
[Vídeo La Jetée (1962, Chris Marker)]
Y ya que de directores de culto hablamos, dejamos a continuación uno de los anuncios que el excéntrico, oscuro y genial David Lynch rodó en torno al 2000 para PlayStation: The Third Place.
[VÍDEO] The Third Place. David Lynch
Storytelling III:
Regresando de lleno al asunto del storytelling y los cortometrajes o videoclips de marca, la lista de compañías que se han acercado a estas estrategias es muy amplia, así como la de los directores de cine que han ideado o dirigido pequeños spots o cortometrajes publicitarios. Desde Ridley Scott, Scorsese o Sofía Coppola a Isabel Coixet, J. A. Bayona o Alex de la Iglesia. Habría que decir que estos anuncios, especialmente los más antiguos, no siempre podrían considerarse propiamente cortometrajes, pues en ocasiones son clips o breves cuñas comerciales sustentadas en escenas dramáticas condensadas (cortometrajes de triple destilación: 30 segundos más o menos) que podrían asimilarse, de algún modo, a eso que en literatura llaman microrrelatos. A continuación compartimos algunas de estas piezas realizadas por cineastas para empresas o servicios relacionados con la informática o la tecnología.
Boiling Water, anuncio para Intel realizado por Gore Verbinski (Piratas del Caribe 1,2,3; Rango, The ring).
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Constant change, anuncio para HP realizado por David Fincher (Zodiac, Perdida, House of cards).
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Beauty for sale, anuncio para XELIBRI realizado por David Fincher (El curioso caso de Benjamin Button, Alien 3).
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El País en tu iPad, anuncio para El País realizado por Nacho Vigalondo (Colosal, Open Windows, Los cronocrímenes). Como mera anécdota, podría resultar premonitorio observar la naturaleza de esta cuña y relacionarla con la película que unos años más tarde realizaría junto a Elijah Wood (más conocido como Frodo), y a la que os enlazamos anteriormente.
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Bambi, anuncio para PlayStation realizado por David Lynch (Blue Velvet, Twin Peaks, El hombre elefante).
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Para los friquis del cine y la publicidad, o simplemente curiosos, remitimos a la publicación de ReasonWhy que incluye una selección amplia y detallada de estos trabajos, y de la cual hemos tomado algunos vídeos.