Nintendo en el Louvre

Hace tiempo que los videojuegos no son sólo un ocio sin disciplina estética, desde el universo ingenuo y multicolor de Nintendo hasta el diazepam de Solid Snake o el trailer cinematográfico de Halo. Cada vez más la narrativa videográfica cobra importancia académica, pero también social, y con el tiempo quizás se pase del lector o espectador de historias al usuario de las mismas. Pero estoy jugando, o eso creo -como Jude Law en ExistenZ.

Hago este preámbulo para poner de relieve la importancia que el mundo de los videojuegos, y sus soportes, las videoconsolas, ha ido adquiriendo en este presente hipertecnológico donde el que no pulsa On es un gil. Recientemente una noticia daba cuenta de cómo el museo con más afluencia del mundo, el Louvre de París, incorporaba una videoconsola a su sistema de visitas.

Shigueru Miyamoto, un nombre con mayúsculas de la órbita Nintendo, el Walt Disney de los videojuegos, el creador del clásico de plataformas Super Mario, del mitológico Zelda o, más próximo en el tiempo, del Wii Fit, ese videojuego naïf de corte familiar e interacción deportiva para la consola Wii, presentaba hace unos días en el Louvre las nuevas videoguías del museo.

El Louvre, el conocido museo francés -al menos después de la ficción de Dan Brown-, un espacio de 60.000 metros cuadrados con unas 40.000 obras de arte [en exposición], y que es visitado por unos 9 millones de personas al año, acaba de incorporar a su logística la Nintendo 3DS. Miyamoto ha desarrollado un software especial para esta videoconsola que sustituirá a las viejas audioguías y tratará de complementar virtualmente la visita. A este efecto, el museo dispondrá de unas 5.000 Nintendo 3DS que alquilará al visitante por un precio comprendido entre los tres y cinco euros.

Además de un sistema de localización que permitirá orientarse hacia una pieza en concreto o hacia una sección, la consola-guía incorpora unos 2.000 comentarios en total, de los que 700 están disponibles en siete idiomas, aunque se irán ampliando; como también suponemos que se irá ampliando el número de obras de arte sobre las que alberga discurso la consola, ya que de los enormes fondos del museo “apenas” comenta un total de 900 piezas. Pero para un usuario medio creo que resulta suficiente.

La Nintendo3DS, ese ingenio japonés cuya piedra de toque es la proyección de imágenes tridimensionales sin necesidad de apéndices, como las gafas, ofrecerá la paradoja de crear frente al visitante una reproducción en tres dimensiones de aquello mismo que tiene delante, una duplicación que podremos observar desde cualquier ángulo, incluso desde el cenital. Tal vez Miyamoto hace tiempo en el Louvre, mirandola Venusde Milo, oyera aquellas palabras de Javier Ibarra y cayera en la cuenta:

[…] porque encuentro tu belleza infinita multiplicando los puntos de dónde mirarte y a dónde mirarte chica […].

 

ExistenZ (1999, D. Cronemberg)

Publicaciones relacionadas

Comentarios

Su dirección de correo electrónico no será publicada.