CES, Feria Internacional de Electrónica de Consumo.

Con casi medio siglo de tradición (1967), la Feria Internacional de Electrónica de Consumo, CES (por sus siglas en inglés: Consumer Electronics Show), es una de las muestras de mercado tecnológico más importantes del planeta. Este año –como es costumbre desde 1995– se ha celebrado en Las Vegas, estado de Nevada, durante los días 8 y 11 de enero.

En el evento, las grandes firmas tecnológicas ponen sobre la mesa sus particulares apuestas de futuro para ir haciendo boca en los consumidores, y de alguna manera se van perfilando los derroteros de la electrónica y las tendencias que marcarán el año. Dos de los sectores que más han entrado por los ojos de consumidores y medios han sido el de las televisiones y el de los dispositivos móviles o similares, hablándose ya abiertamente de los “phablets”, un hibrido entre smartphone y tablet.

En el campo de las televisiones, destacan Panasonic, LG o Samsung, esta última con un sistema de Ultra Alta Definición (UHD) con resolución de 4K en televisores de hasta 85 pulgadas, o la tecnología OLED y su pantalla curvada.

 

television-oled-curva-samsung

En el espectro de los smartphones, podemos encontrar terminales como el modesto Elikia, desarrollado por VMK, una empresa radicada en la República del Congo, pionera en la producción africana de móviles, hasta el Xperia Z de Sony, con pantalla de 5 pulgadas y cámara de 13 megapíxeles. Aunque es difícil saber dónde acaba el smartphone y dónde empieza la tablet, los dispositivos a medio camino entre uno y otro, híbridos, están en alza. Los llamados phablet, cuya insignia es el tamaño de las pantallas, su voluminosidad, tuvieron en el modelo Galaxy Note de Samsung un precursor con buena acogida que sirvió de acicate para que otras firmas investigarán las posibilidades, como el K900 de la marca Lenovo, con pantalla de 5,5 pulgadas; o el Ascend Mate, de Huawei, que posee la mayor pantalla del mercado hasta el momento: 6,1 pulgadas con una resolución de 1280×720 píxeles.

Dada la cantidad de proyectos y dispositivos presentados en la CES, aquí os dejamos relación de algunos enlaces de interés a páginas que desglosan o comentan algunos de ellos: xataka, wired, abc, elpais, engadget, gizmologia

“The Pirate Bay, Away From Keyboard”, documental

Muchos conoceréis The Pirate Bay, un portal dedicado a la descarga de archivos BitTorrent. Este site, fundado en el 2004 en Suecia por Peter Sunde, Fredrik Neij, Gottfrid Swatholm y Carl Lundström, se ha visto inmerso en varias acciones judiciales por infracción de derechos de autor y propiedad intelectual.

Ya en el 2006, una redada de la policía criminal sueca en el centro de datos de Rix|Port80, que hospedaba, entre otros, los servidores de The Pirate Bay, y las consiguientes confiscaciones de muchos de estos servidores, provocó una respuesta ciudadana considerable, con unas 600 personas concentradas en las calles de Estocolmo y Goteborg. Estas manifestaciones serían en su momento las principales muestras de apoyo y defensa al P2P. En la primavera del 2009, el juicio contra los cuatro cofundadores de la página los declaró culpables, condenándolos a un año de prisión y al pago de 905.000 dólares cada uno.

“The Pirate Bay, Away From Keyboard”, documental

Aunque la presión de grandes corporaciones de la industria del entretenimiento, desde estudios cinematográficos a las discográficas, ha sido (y es) una constante en asuntos de este tipo, la página, finalmente, cambiando de servidor como el conejo que va por el monte a salto de mata, de isla en isla, sigue en funcionamiento.

Todo esto y más lo podremos conocer a partir del documental que Simon Klose ha desarrollado sobre esta “Bahía Pirata”, The Pirate Bay, Away From Keyboard (TPB-AFK), un proyecto financiado a través de la conocida página de colaboración colectiva o crowdsourcing, Kickstarter, en la que podremos ver cómo es el día a día de los trabajadores de este site y conoceremos de primera mano esos problemas legales a los que se han visto abocados.

the_pirate_bay

El documental The Pirate Bay, Away From Keyboard verá la luz en la primavera de este 2013, lanzándose de forma gratuita a través páginas de descarga de BitTorrent, aunque también, para quien quiera colaborar con los creadores y el proyecto, es posible su “preordenacion” o reserva personal previo pago de 10 dólares. Aquí el tráiler del documental:

Aplicaciones solidarias y cooperación en línea

Durante el 15M acampado en las plazas, una de las formas de colaboración colectiva para gestionar la “res pública” del campamento: abastecimiento, limpieza, cocina, etc., eran los “bancos de tiempo”, donde cada uno prestaba su parcelita de tiempo libre al procomún. En esa estela, pero tamizada por las nuevas tecnologías, HelpDay es una aplicación móvil que pretende llevar esa experiencia a un radio de acción mayor y “personalizado”, donde se puede pedir ayuda –y facilitarse– para lo que se quiera, desde buscar a un animal perdido hasta hacer un llamamiento contra un desahucio. La aplicación, sumamente sencilla, se vale del gps para enlazar peticiones cercanas al usuario.

En otro orden de solidaridad, existe también SocialFundit, una app en fase beta que gestiona pagos solidarios desde el móvil y sirve de plataforma, a modo de red social, para la divulgación de campañas y acciones sociales. Una de las características que hacen pionera a esta app es que el 100% de cada donación llega completo a la entidaddeclara Toni Costa —uno de los creadores de la aplicación, presentada en la App Date Co, 1ª edición de la versión solidaria del espacio de profesionales y apasionados del mundo de las aplicaciones.

 

      Aparte de estas y otras aplicaciones, existen varias direcciones web solidarias que, de una u otra manera, tratan de dar cauce y amplificar acciones sociales apelando a la intercomunicación que facilitan las nuevas redes y tecnologías, desde financiaciones o recolecciones colectivas para quien los necesite, hasta firmas para sacar adelante reivindicaciones o requerimientos, aquí algunas: microdonaciones.net, migranodearena.org, change.org,  cibervoluntarios.org, volunteermatch.org (app para EE.UU.)

Para quienes quieran saber algo más sobre solidaridad en línea, pueden pinchar aquí, aquí, aquí y aq.||| Fuente

 

 

Acabaconlacrisis.es, sacar de uno la mejor cooperación

Los alumnos de esta universidad prefieren inventarse un puesto de trabajo que buscar un empleo, dice el rector de Harvard en la película La Red Social (2010).

En mayor o menor medida, todos o casi todos hemos oído hablar o tenemos noticia de grandes aplicaciones lucrativas como Apalabrados, Angry Birds o Instagram, modelos de emprendimiento a los que se invita desde los titulares e instancias más o menos políticas, dechados del do it yourself  o el american way of life, una forma de autonomía empresarial que [al menos en su discurso] confía en la creatividad y el arrojo personal para desarrollar proyectos. Personalmente, considero esta actitud, con ciertos matices, como una de las lecciones que habrá de dejarnos la Crisis Rampante, sobre todo dentro del imaginario español, donde la tendencia laboral parece que invitaba al estancamiento asalariado y el “funcioneta” –cierto tipo parasitario de trabajador público, no todo funcionario–, trabajadores relegados a la mecánica de hacer siempre lo mismo sin otra aspiración creativa que acumular trienios, plusvalías, antigüedad, en detrimento del autónomo, que es como llamábamos aquí de toda la vida al emprendedor. Prevalecía lo autómata sobre lo autónomo.

La hostia de los Mercados nos ha vuelto más pobres, sobre todo a los occidentales que éramos medianos, fuera el imaginario de nuestro país afiliado a la filosofía de “Papá Estado”, o amara el my way de Sinatra y el [sedicente] Mundo Libre. El veneno, a menudo, es la dosis.

Y en esos equilibrios, la carestía del mundo tras el debut mundial de las subprime y los activos tóxicos, primas de riesgo y agencias de calificación, va haciendo también que la gente saque de sí la mejor cooperación que el capitalismo obstruye en la competitividad a ultranza. Con el tiempo veremos si era un cambio de ciclo o el eterno retorno de los miserables.

Acabaconlacrisis.es, sacar de uno la mejor cooperación

Mientras tanto, y sabiendo que ayudar no ocupa espacio, se puede ir pinchando en iniciativas solidarias como acabaconlacrisis.es, una web sin ánimo de lucro dedicada a la cooperación personal que trata de poner en contacto las necesidades y los problemas de unos, con las posibilidades y los dones de otros, un foro de oferta y demanda de capital humano, una cadena de favores. Me gusta lo que dice en sus credenciales: Una acción de personas para personas vía web. También dice que es un proyecto sin inclinación política, pero ahí quizás se equivoca –aunque entendemos lo que quiere decir–; como se equivocaron en tromba quienes, en los albores del 15M, aseguraban que todas esas personas salidas a las plazas eran apolíticas. La ayuda por la ayuda no carece de ideología, desde luego que no, hoy por hoy es incluso un acto revolucionario, del mismo modo que las luces de los focos revelan filantropía donde no hay más que limosnas del ego. ||| Fuente

 

 

Kindle Paperwhite, el nuevo e-book de Amazon

Hace un par de veranos me regalaron un e-book; no era un Kindle, era una marca menor que ahora mismo no recuerdo. No obstante, sin saber yo nada de las prestaciones que estos artilugios podían ofrecer, al usarlo los primeros días me desencantó el hecho de que para leer en la oscuridad era necesaria una fuente de iluminación externa. Vamos, como con cualquier pedazo de papel.

Luego supe que la mayoría de los lectores presentaban este problema. Problema que, en cierta medida, fue “resuelto” con la aparición de las tabletas donde las pantallas retroiluminadas permitían leer a oscuras. Esta retroiluminación, sin embargo – al igual que en los ordenadores–, incide directamente en los ojos del lector y acaba cansando la vista, estorbando la lectura. Además, el problema de las tabletas a veces estriba en que poseen demasiadas “distracciones” que pueden disgregar la lectura tranquila y continuada, concentrada, estorbando la inmersión en las posibilidades de navegación.

Y es a este respecto que el nuevo modelo de Amazon, el Kindle Paperwhite, presenta ciertas mejoras. Por un lado, posee iluminación integrada, pero a diferencia de la retroiluminación en las tabletas: emite la luz desde la superficie de la pantalla en vez de proyectarla hacia tus ojos, y evita con ello que se te canse la vista.

 

tecnologia-pantalla-kindle

 

Otra de las características (similar al Kindle Touch) es que carece de botones para función, salvo el imprescindible de encendido y apagado. La navegación es, por tanto, táctil, de modo que para pasar de página tendremos que pulsar con el dedo, algo que para algunos usuarios puede ser molesto y farragoso (a tenor de la experiencia en otros dispositivos), pero que parece que en este modelo está suficientemente acomodado.

Dentro de las prestaciones de imagen y lectura en pantalla, podemos regular la intensidad del brillo en función de la luz del entorno, con hasta 25 niveles ajustables. Se ha mejorado la resolución, con 221 píxeles por pulgada, y se ha incrementado un 25% el contraste, que ya no se ajusta a tonalidades de grises sino que lo hace en blancos y negros, ganando nitidez para la pantalla de 6 pulgadas.

Para mejorar la lectura, presenta fuentes ajustables manualmente, con 6 estilos de fuente y 8 tamaños. La autonomía, según el fabricante, es de 8 semanas (testado con un uso promedio de media hora al día, con la luz encendida), y puede almacenar hasta 1100 libros (2 gigas para ficheros).

Kindle Paperwhite, el nuevo e-book de Amazon

Se comercializan dos modelos, ambos en color negro, que difieren, además de en el precio, en el peso y en las prestaciones de conexión. Por un lado está el modelo con conexión 3G que pesa 222 gramos y cuyo precio es de 189 €, y por el otro el modelo con Wifi cuyo peso es de 212 gramos y es sesenta euros más barato, 129 €.

Cualquiera de los modelos, que en España ha de adquirirse por envío postal, se vende simplemente con un cable USB, de modo que para cargarlo deberemos tener una fuente primaria, como un ordenador; aunque, como es obvio, puede comprarse el cargador aparte. También podemos usar el de algún otro dispositivo que tengamos, como el del móvil o la tablet.

Para quien quiera conocer más al detalle las prestaciones de este nuevo e-book que parece ser el mejor del mercado, puede pasar por xataka y gizmologia.

 

Un par de Apps para echarse unas risas

Recientemente, en una cena de reyes con los colegas, nos pasamos el rato de espera hasta que trajeron los primeros platos echándonos unas risas a partir de la aplicación que uno de nosotros tenía para el móvil. Se trataba de MixBooth, que permite la mezcla de dos fotografías/retratos para dar lugar a un híbrido con rasgos compartidos de una y otra imagen. Así, nos pasamos un buen rato descojonándonos con las criaturas que aparecían en la pantalla del móvil, hijos bastardos de cada dos de nosotros (tanto era el jolgorio, que solían mirarnos de reojo otros comensales del cenador como se mira a unos animales salvajes o a unos niños impertinentes).

La aplicación Mixbooth está disponible tanto para Android (gratuita) como para iPhone (0,89 €).

Después de haber engullido la comida, otro de los presentes creyó que era su turno de aplicaciones y sacó a la palestra AgingBooth, una aplicación ligeramente similar (disponible también para ambas plataformas: Android e iOS) que simula, a partir de una fotografía, el envejecimiento del rostro. Aunque no fue tan desternillante como la primera, pasamos un buen rato jugado a hacer anuncios de esos como los de cremas con babas de caracol que aparecen en la tele, el antes y el después y esas chorradas.

Un par de Apps para echarse unas risas

Por último, dentro de la desmedida euforia que ha despertado el fenómeno del Gangnam Style, esa canción surcoreana que baila hasta la hija de la princesa, digamos que la Macarena de nuestros días, otro de los que estaba en la cena, ya cerrando la velada en el restaurante, se sacó del móvil Gangnam DanceBooth, un app simplona que, tras insertar una fotografía de la cara de cualquiera, la superpone en una animación que coreografía el famoso baile venido de Oriente. Aunque para Android existe alguna aplicación parecida, la que hemos reseñado aquí está solo disponible para iPhone.

 

Gangnam

Como colofón, hacer mención de esa aplicación que reproduce el sonido de un látigo, The Whip (disponible para Android, iOS y Windows Phone), que tras su aparición hace tiempo en la serie Bing Bang Theory, ha cundido como la espuma y se han multiplicado como setas las versiones de esta aplicación.

Black Mirror y las lentillas que proyectarán datos

Black Mirror, una miniserie de la televisión británica (Channel 4) ideada por Charlie Brooker, concebida en tres capítulos, cada uno de ellos autónomo con respecto al otro, trata de zarandear y cuestionar la hipertecnologización de la sociedad, la dependencia y sumisión del ser humano hacia ésta en lo que se proyecta como un futuro próximo, si no inmediato (el primer capítulo creo recordar que podría ser “contemporáneo” casi sin mayores ajustes), no muy lejano en el tiempo.

El caso es que en el tercer capítulo, quizás el menos macabro, “Tu historia completa”, con un contexto o “realidad” casi al alcance de la mano, los personajes incorporan un implante del tamaño de un grano de arroz detrás de las orejas, subcutáneo, allí donde las abuelas solían decir que nos frotásemos bien durante la ducha. Ese chip es una especie de grabadora/proyector que permite al individuo ir grabando y registrando toda su actividad, su vida, audio y vídeo, para que en el momento en que le apetezca recuperarlo pueda volver a él, bien directamente proyectado en las “pupilas”,  bien en una pantalla de televisión.

Black Mirror

Esa proyección directamente en las “pupilas”, cuya estética parece dejar al individuo en estado de trance, se me ha venido a la cabeza cuando he leído esta noticia. En ella se cuenta que un departamento de la Universidad de Ghent, Bélgica, ha desarrollado una pantalla en miniatura de LCD susceptible de incrustarse en las lentillas y proyectar imágenes a través de tecnología inalámbrica. Aunque por el momento ese proyectado de imágenes inalámbricas es muy rudimentario, y las minipantallas apuntan principalmente a un uso médico, como por ejemplo el control de transmisión de luz hacia la retina, se estima que en el futuro podrían servir para la superposición de imágenes en la vista normal del usuario:

«Ahora que hemos establecido la tecnología básica, podemos empezar a trabajar en el desarrollo que verdaderas aplicaciones, que estén disponible, posiblemente, en solo unos años […]  Esto no es ciencia ficción. Nunca va a reemplazar las pantallas de cine para proyectar filmes. Pero para aplicaciones específicas quizás sea interesante, como mostrar imágenes de direcciones o proyectar los sms de nuestros smartphones directamente a los ojos», ha señalado Jelle De Smet, integrante de la investigación.

Black Mirror y las lentillas que proyectarán datos

Dream:On y la mujer pelirroja. Aplicación para los buenos sueños

Hace un par de veranos soñaba de forma recurrente con una mujer pelirroja que me decía «desengáñate, la vida cabe en un dólar, hay condones a un euro en los baños de Europa; con la rabia de la gente han hecho emoticonos, bésame…».

Salvaje y supersticiosa como un hombre caminando sobre un mar de nubes, no dejaba a nadie dormir con el móvil encendido en su tienda, olía a mora, escalaba montañas, y si encendías el microondas se alejaba del aparato encogiendo un poco los hombros y sonriendo, sensata y primitiva como las brujas. No trataba de convencer a nadie de nada, tomaba de la vida cuanto quisiera desgarrarse, había algo, una fragilidad libertaria en ella, la revolución coloquial de robar flores en zonas residenciales, follar en público; buenos veranos en la palma de la mano del mundo junto a la ría de Noia, volviendo a casa a pie por las playas donde las mariscadoras vigilan con un peto rojo a los furtivos, el sol destruyéndose arriba, torrencial, eyaculante, la holográfica línea de costa; en otro sueño ella decía «aquí late el mundo como si hubiera M en el aire».

Me cuelan al correo un mail promocional de Dream:On, una de esas aplicaciones experimentales para teléfonos inteligentes que sugestiona los sueños de las personas, la vieja gloria del mar sonando en la cómoda, la selva de ruiseñores bajo la almohada. Descarga inicial gratuita con 2 audios (olas y pájaros), disponibles otras Arcadias sonoras previo pago; avalado por la ciencia -pues que oye, haberlas haylas. Y ya lo creo, era en un capítulo de Futurama: para explicarme: ese mail será en fase REM cuando queramos darnos cuenta. Pero no es el apocalipsis, qué va, como tampoco Freud destruyó el mundo aunque dislocara al sujeto, es la curiosidad y sus circunstancias barrenando coordenadas, percutiendo el mundo: los divanes de nueva generación incorporan terapia personalizada. También, como en el arte, pareciera que la abstracción [exponencial] disculpara la insuficiencia o la insignificancia.

Pienso en la mujer pelirroja, en dejar el teléfono ahí en la mesilla de noche conectado para que nos induzca buenos sueños, sueños de beatitud electromagnética, grandes sueños tranquilos, el ruido del mar, los campistas… |||Fuente: wayerless

Dream:On y la mujer pelirroja. Aplicación para los buenos sueños

 

 

GOW, app para la ropa tecnológica del deportista

Recuerdo una campaña publicitaria de ropa deportiva que sobre la imagen de un jugador profesional en plena acción, dejaba caer: ¿dónde acaba el jugador y dónde empieza la prenda? Ese eslogan, atravesado por aquella tercera ley de Clarke, cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia, se me ha venido a la cabeza al conocer GOW, una aplicación para móviles que, integrada en un pack de “ropa deportiva inteligente”, monitoriza las constantes fisiológicas y otros indicadores  biofísicos durante la actividad deportiva.

Recientemente distinguida como la mejor aplicación española del año en The APP Data Award 2012, la aplicación ha sido desarrollada por Weartech, una empresa de tecnología TIC ubicada en Valencia, y dedicada al desarrollo de tecnología textil o prendas interactivas dentro del campo de la Salud en un sentido amplio.


En sus orígenes la idea se dirigía hacia el ámbito de la medicina, pues el trabajo comenzó en la órbita de un proyecto europeo para realizar el seguimiento de pacientes con dolencias cardiacas, y finalmente se consolidó como una herramienta de seguimiento y apoyo para deportistas, profesionales o no.

Aunque la aplicación es gratuita (Apple Store, y sólo para modelos iPhone 4S y 5), para su uso debemos hacernos con el juego deportivo completo, que consta, además de la aplicación y de la página web donde poder organizar el entrenamiento y seguir las evoluciones (gratuitas), de una camiseta/top con sensores cardiacos (49.99 €), y de un pulsómetro con bluetooth inteligente (50 €).

Por unos 100 euros (contando a parte el propio iPhone necesario, así como el brazalete/soporte para carrera o bicicleta), podremos echar a correr hasta el fin del mundo sin perder ni un solo dato biométrico por el camino. Además, nuestros amigos y contactos pueden comunicarse con nosotros o seguir nuestro ejercicio (y nosotros el suyo), programar desafíos individuales o colectivos, o activar el entrenador personal asistente para, al estilo Siri, que nos oriente y aconseje en nuestros ejercicios.

GOW, app para la ropa tecnológica del deportista

Una idea interesante dentro del futuro internet de las cosas, aunque siempre habrá quien, al menos un poquito, como el que suscribe, salga precisamente a correr y a hacer ejercicio para liberarse del entorno hipertecnológio que nos rodea, esa tercera naturaleza que, hasta que una tormenta solar y magnética y el advenimiento de Cristo en papel albal, ya es ineludible.

 

 

Sangre en el móvil, documental

Creo que como consumidores, en general, somos ofensivamente indolentes. Es difícil, y poco probable, que corporaciones o empresas se apliquen éticamente si, después de todo, el destinatario final de sus productos (sociedades de individuos con ideas propias?) tampoco sabe demasiado, o si, aún sabiendo, se lía la manta a la cabeza y se sumerge sin criterio en la velocidad del siglo. ¿Tu-ú tiee-ne-s crite-rio? –preguntaba el vigilante retrasado del astillero en Los lunes al sol.